Combinar colores es, a la par, complejo y sencillo. Es complejo porque requiere tener unos conocimientos básicos sobre lo que es el color, sobre qué tonos encajan unos con otros y cuáles te favorecen a ti. Pero, a la par, puede ser muy sencillo en cuanto se manejan todos esos conceptos clave. Justo eso es lo que vamos a hacer en este artículo, explorar estos parámetros vitales a la hora de combinar colores. Y hemos de comenzar hablando, cómo no, de la teoría del color.
En realidad, esta teoría del color se usa para entender cómo se generan los colores que nosotros conocemos, y cómo estos combinan entre sí. Todos los colores, así como los matices, las sombras e incluso el tono concreto, significa algo. Y es algo que detectamos como seres humanos, sin siquiera necesidad de conocer la teoría. A continuación, vamos a ver cuáles son los conceptos básicos de esta teoría del color, ¡y puede que algunos te resulten conocidos!
- Los colores se dividen en primarios, secundarios y terciarios. Los primarios serían el azul, el rojo y el amarillo. Cuando combinamos estos, obtenemos los colores secundarios. Y, cuando vamos mezclando estos secundarios, acabamos por obtener una amalgama mucho mayor, que se conoce como la rueda del color. ¡Más adelante profundizaremos en esta!
- Hay tres parámetros clave para entender cómo funcionan los diferentes matices del color:
- Tonalidad: nos habla del color concreto, casi pudiendo usarlo como sinónimo.
- Brillo: en este caso, nos indica si un color es más oscuro o, por el contrario, más claro.
- Saturación: podríamos señalarlo como sinónimo de intensidad, puesto que nos habla de esa fuerza del color.
En base a esto, podemos hablar de diferentes formas de combinar los colores. Pero, antes, es imprescindible profundizar un poco en la rueda de color.
